viernes, 30 de noviembre de 2012

Enigma nocturno

Una historia que no tiene conclusión.

Enigma nocturno

Solo se trataba de una cálida noche más de verano. A lo lejos de una plazuela se veía un local nocturno repleto, esta noche tocaba una banda de industrial llamada “Vigilante”; tenían a todo su público alborotado, y realmente el local estaba a reventar con gente. Justo al frente, en la plazuela, una pareja de jóvenes se besaban. Él era alto y llevaba una tenida negra, su rostro no se lograba visualizar debido a que la luz de un foco cercano lo impedía; Ella muy por el contrario se veía con lujo y detalle, pues el peso de todo el foco le quedaba en la espalda; era pelirroja y de piel bastante clara, vestía un traje corto y repleto de lentejuelas, calzaba unas botas de taco alto, que le daban un gran apoyo para poder quedar a la misma medida de su amante.
La lujuria los tenía poseídos, ya que se acariciaban descontroladamente por todos los confines disponibles, sin pensar siquiera que alguien los podía ver.
Pero como todo lo hermoso comienza sin esperarlo, llega a su fin repentinamente… Un vehículo se detuvo en la calle, justo al frente de ellos… Se trataba de un Mazda negro con vidrios polarizados; de las cuatro puertas bajaron hombres armados con metralletas UZI. ¿Qué querían? no se lograba saber, pero lo que sí estaba claro era que las intenciones estaban enfocadas en aquella pareja, ya que los cuatro se quedaron mirando hacia aquel punto.
El joven se dio cuenta de estos cuatro sujetos y llevó sus manos atrás, sin dejar de besar por un solo momento a la mujer pelirroja, luego del bolsillo trasero de su pantalón extrajo una pistola GLOCK. Seguido de esto los hombres del vehículo comenzaron con su asalto… Le dejaron caer una ráfaga de balas que el joven tuvo que detener desgraciadamente con el cuerpo de su compañera; luego de dejar tumbado en el piso el cuerpo humeante de la pelirroja se echó a correr por el medio de la plazuela, aprovechando los árboles, arbustos, bancas y basureros, para ocultarse. Los cuatro tipos al ver que su objetivo había escapado cargaron nuevamente sus armas y lo comenzaron a buscar.
Se dividieron en dos grupos, el primero que estaba compuesto por un hombre calvo y otro negro, se fueron hacia el sur; y el segundo que estaba compuesto por un hombre de cabello largo y otro de cabello rubio, que se fueron hacia el norte. Como aquella plazuela era bastante pequeña el joven no tendría mucho para ocultarse, pero al menos todos los obstáculos que allí estaban lo mantendrían bastante alejado de las balas.
Desde la zona sur se escucharon los primeros disparos. El sujeto calvo vio algo y abrió fuego, pero en lo único que encajó su munición fue en un basurero que se agitaba con una brisa cálida. Al ver esta pérdida de tiempo el negro se adelantó y aprovechando este instante el prófugo salió a la luz… De entre unos arbustos hizo aparecer la punta del cañón de su arma y disparó, pero no contra ninguno de sus agresores, sino contra el foco que estaba cerca de ellos, ya que lo podía delatar. Tras esto los dos cazadores se lanzaron sobre aquel lugar de donde se había escuchado el disparo salir y esta vez ambos abrieron fuego… El arbusto se sacudió con fuerzas por los repetidos y veloces impactos de balas, pero ya era muy tarde, porque su presa ya estaba rumbo hacia otro lugar donde ocultarse.
Un nuevo disparo de aquella pistola se escuchó y una lluvia de trozos de cristal se desparramaron por el piso; se trataba de otro foco más roto para mantenerse en penumbra, y muy inteligentemente, ya que ni siquiera estaba cerca de ninguno de sus cuatro perseguidores.
Con gran parte del sector en penumbra, la primera bala en contra de sus enemigos se disparó… Fue a dar directo en el hombro del hombre rubio, obligándolo a tirarse de rodillas, con las manos ejerciendo presión en la herida. Su compañero de cabello largo, arremetió con su carga. Cada proyectil se impactó contra los arbustos que resguardaban la seguridad del joven.
De un instante a otro, apareció una patrulla, seguida de cuatro furgones. Los cinco focos superiores, destellaban, y aquellos cambios de luces rojas, lograban penetrar entre las tinieblas que se comenzaban a presentar en aquella plazuela. Tras esto, los hombres del Mazda ingresaron al vehículo y se marcharon a toda velocidad.
Por otro lado, el objetivo de los cuatro sujetos, simplemente desapareció sin dejar rastro alguno. Quedando en el ambiente una sola pregunta ¿por qué?

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