Alma en
pena
Como siempre solo, en esta casa enormemente que mis
pasos se escuchan como poderosos ecos en una cueva profunda, pero como paso
tanto tiempo así ya estoy acostumbrado y verdaderamente casi no me importa.
Me senté en el sillón que queda justo al lado de la
puerta principal y como esta es la única que dejo abierta, me percato de
inmediato si alguien entra o no. Prendí la TV y fijé la señal en el TVN, que es
uno de los canales que más me gusta por su variada programación.
Todo marchaba bien hasta que… Sentí una leve risa a mi
lado como si se tratara de la de un niño, me giré a mirar lentamente y allí
estaba un pequeño de aproximadamente cuatro años sentado, mirando TV junto
conmigo.
No es raro que niños pequeños vaguen por todas las
casas, pero a este pequeño nunca lo había visto en mi perra vida y créanme que
en este lugar donde yo vivo todos somos familiares y nos conocemos, asique este
pequeño debe ser de algún visitante, al menos esa fue la respuesta que yo me di
para no sentir miedo innecesario.
El pequeño parecía muy tranquilo, sentado allí a mi
lado, y no quise decirle nada, solamente para ver si se iba solo, pero el
tiempo pasaba y él no se movía de allí.
-Oye ¿tus padres no te están buscando? Le dije, pero
él solo me miró de forma curiosa, como si no me hubiese visto. Comencé a sospechar.
Me puse de pie, lo tomé de la mano y lo conduje hasta la puerta, la abrí y con
algo de fuerza lo saqué a fuera creyendo que los padres lo podrían estar
buscando, cerré la puerta y esta vez le puse seguro solo para evitar todo
problema con los padres del chico, luego y con la misma calma me devolví a
sentarme al sillón para continuar viendo TV como antes.
Me relajé nuevamente y cuando cerré mis ojos para
dormir un momento con la tele prendida, la risa del pequeño nuevamente estaba a
mi lado. Abrí deprisa mis ojos casi temblando y allí estaba nuevamente el
pequeño sentado a mi lado, pero esta vez solo me miraba fijamente sin perderme
de vista por un momento y se reía de mi a donde me estaba quedando dormido con
la tele encendida.
Ahora sí, un escalofrío cruzó toda mi espalda
mojándomela desde arriba hasta abajo. El chico había vuelto a entrar sin abrir
la puerta y además todas las puertas y ventanas estaban cerradas, esto solo
podía significar una cosa, el pequeño no era de este mundo. Me di un fuerte
golpe con mi puño derecho para poder razonar y llegué a otra respuesta, el
chico había roto una ventana y entrado.
-Oye, quiero que me esperes aquí, sin moverte, yo voy
y vuelvo de inmediato.
Me puse de pie y revisé una por una las ventanas y
todas estaban intactas, luego continué con las puertas y todas estaban cerradas
con seguro asique nadie podría entrar sin que yo me percatara, pero este chico
¿Cómo demonios entró?
Volví al comedor y el pequeño aun estaba sentado allí en
el sillón mirándome. Le quité el seguro a la puerta de adelante y lo volví a
sacar fuera, pero esta vez ocurrió algo inesperado, el pequeño se tropezó y al
caer al cemento de la entrada se rompió el cuello y por lo que se veía murió al
instante.
-Ho demonios. Tomé el cuerpo del pequeño muerto de
miedo y cerré nuevamente la puerta, para lograr verificar lo que yo estaba
pensando y al momento de tocar su pecho me percaté de que su corazón había
dejado de latir.
Ya estaba metido hasta las mismas patas en este
problema y para salvar mi cuello, tomé una bolsa de basura negra y metí el
cuerpo dentro, luego y aprovechando que ningún vecino estaba en su casa, Salí y
tiré el cuerpo del pequeño en el canal que pasaba por fuera. Verifiqué que se
hundiera por completo y entre nuevamente, pero abrí una cortina y me quedé
mirando hacia fuera justo al canal para ver qué demonios ocurría si alguien
pasaba por fuera y lo veía.
Me quedé por arto rato allí mirando y ocurrió lo más
asombroso que había visto en toda mi vida… ¡El pequeño estaba saliendo de las
aguas con la bolsa en la cabeza! Y venía justamente hacia dentro nuevamente.
No sabía que a ser y por el susto solo pensé en algo
que seguramente me sacaría este problema de encima. Corrí a la cocina, tomé un
cuchillo y Salí sin que él alcanzara a entrar, aproveché que aun tenía la bolsa
sobre la cabeza y lo degollé para que muriese realmente, pero ocurrió algo que
me dejó aun más impactado y marcado ¡su cabeza cayó al piso cortada de su
cuerpo! El cuchillo que usé solo debería haberle cortado la garganta, pero en
vez de eso le cortó todo como si se tratara de una poderosa espada filosa.
Sabía muy bien que nadie me creería esto, asique tomé
el cadáver con mi mano derecha y la cabeza con la izquierda y los fui a arrojar
nuevamente al canal, pero esta vez solo caminé unos pasos hacia mi patio y me
quedé allí mirando qué demonios ocurría y nuevamente estaba ocurriendo.... El
chico se levantó sin su cabeza dentro del canal, soportando el agua que venía
bastante fuerte y caminó a buscar su cabeza cogiéndola con su mano derecha.
Ya, esto era lo último. Recordé que mi padre dejaba el
hacha en el patio y corrí a buscarla. La empuñé sin piedad alguna, pues esto ya
no era un niño, si no algo más. Volví hasta la orilla del canal y antes de que
el pequeño lograra salir le di un hachazo cortando su dorso a la mitad.
-Eso debe ser suficiente. Mi respiración estaba
acelerada y mi corazón latía tan fuerte que por un momento creí que se saldría
por mi boca.
Me dejé caer al piso de rodillas y el pequeño se
comenzó a mover nuevamente, pero ¡su dorso estaba a la mitad! Esto no parecía
importarle, ya que movía sus manos y piernas como si estuviese bien.
Me puse de pie nuevamente, levanté el hacha y esta vez
estaba decidido a dejar solo pedazos de este supuesto niño pequeño. Di seis
hachazos seguidos y el cuerpo del pequeño estaba totalmente destrozado en el
agua del canal, que estaba totalmente enrojecida por la cantidad de sangre
derramada por el pequeño.
Al fin todo acabó. Mis piernas y brazos temblaban.
Dejé caer el arma homicida al piso y me quedé allí viendo lo que había hecho,
pero cuando iba a darme la vuelta para volver a mi acogedora casa, vi como la
mano derecha del pequeño estaba subiendo la orilla del canal, con mucha vida a
pesar de que eran solo pedazos flotando en las aguas.
La respiración se me acortó, el corazón me dejó de
latir y mi cerebro dejó de mandar mensajes a mis miembros para lograr mantenerme
en pie. Mi vista se nubló totalmente y ocurrió lo que debía ocurrir…
-Pequeño… Agua… Hacha… Canal…
Nada, solo una poderosa oscuridad y sentí que me
quedaba sin fuerzas para lograr reaccionar ante esto.
Fin
Este aterrador relato fue una de las pesadillas más
terroríficas que en mi vida he tenido.
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