martes, 11 de diciembre de 2012

El amanecer del perro fantasma

Este texto esta basado en un echo real.
Contado directamente de la boca de Carola, logre atrapar entre las lineas este acontecimiento que le ocurrió al tío de ella.


El amanecer del perro fantasma

Había un silencio único, y Carola se estaba levantando para irse al colegio, debía alcanzar el metro tren de 6:30 AM, con destino alameda; para este propósito tenía que tomar la primera micro. Tras acabar de vestirse se dispuso a bajar de la cama y escuchó algo interesante…
--¡Sale!... ¡Sale!... Se trataba del tío Caco, que supuestamente dormía en el comedor. --¡Sale!...
Esto era incomprensible para Carola, ya que lo único que podría molestar a su tío era Biki que dormía en su cama. Biki era la mascota regalona de todos en la casa, en especial de Carola, y que siempre la acompañaba a dormir y cuando venía llegando de clases la iba a buscar a la micro; en barias oportunidades Nadia (la madre de Carola) le contaba a su hija como esta mascota se colocaba a gemir cuando ya estaba a punto de llegar de clases.
Pero lo incomprensible era que esta mascota estaba aun dormida y de vez en cuando se quejaba porque Carola movía mucho la cama al vestirse.
--¡Hmmmmm! Se quejaba esta perra mestiza de labrador con perdiguero, revolcando su enorme cuerpo blanco invierno sobre la cubre cama.
Al fin Carola había acabado de vestirse y cuando se disponía a caminar a la cocina escuchó el rechinar de las bisagras de la puerta que comunicaba con el comedor, se trataba de su tío Caco que venía con cara de preocupación.
--Ohe Carola ¿la Biki está acá? Preguntó su tío con un tono entre preocupación y susto.
--Sí tío ¿por qué? Respondió Carola bastante sorprendida.
--Chucha weón… Balbució el tío. –Yo la sentí allá dentro…
--Pero ¿Cómo tío? si ha estado acá todo el rato la Biki.
--Conchetumare… Pero si yo la sentí allá dentro.
--Pero tío, a lo mejor estabas soñando…
--¡No weón! Si yo estaba despierto, e incluso la eché de la cama.
--Que raro tío, si la Biki ha estado todo el rato acá.
--Chucha weón, entonces estaban penando. Y esa fue la última palabra del tío, luego de eso se giró y se fue a recostar nuevamente, con el temor latente…
Con la partida de su tío, Carola continuó haciendo sus labores, sin darle mayor importancia al asunto. 

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