lunes, 3 de diciembre de 2012

Las siete pruebas

Un texto bastante simple, que me toco escribir como tarea para mi hermano puerco, que le dieron como asignación crear un pequeño fragmento literario inspirado en el tramposo Pedro Urdemales. Por lo tanto el presente texto es un pequeño cuento infantil.


Las siete pruebas

Hace mucho tiempo atrás, el puerco Eric y el guarén Keno, se debatieron a duelo; querían saber quién era el mejor. Se juntaron en la pocilga de Eric y allí competirían.
-Keno, lo aremos así; comenzaremos mañana lunes y alternaremos las pruebas; o sea, una tú y una yo.
-Bueno. Y… ¿Quién da la primera prueba?
-Buena pregunta… Hmmm… Mira, dentro de cinco minutos realizaremos un lanzamiento de moneda, cara o cruz, y el que gana da la primera prueba mañana.
-Ya. Yo quiero cruz.
Como don puerco ya sabía lo que deseaba Keno, preparó una moneda especial. Pegó dos monedas por el lado en donde mostraba la cruz, por lo tanto, al momento de hacer el lanzamiento, el resultado fue cara.
Al otro día, se juntaron en la entrada de la pocilga de Eric. Las pruebas darían inicio y el puerco la tenía que pensar.
-Mira Keno, cada prueba valdrá una caja de papas fritas; de la tía gorda de la esquina, las prepara brutales.
-Bueno. Y ¿Cuál es la primera?
-Am… ¡Ya sé!... Quien atrapa en menos tiempo al gato obeso de la vecina jabalí.
-Bueno.
-Vas tú primero.
Keno saltó la pandereta de la vecina, para ir a pillar al gato. Mientras que puerco Eric entró a su pocilga, abrió un tarro de salmón y se manchó las patas con el aceite.
Finalmente, Keno se demoró veinte minutos en pillar al gato. Luego lo soltó, y cuando Eric se disponía a saltar la pandereta, Keno se lo quedó mirando raro.
-¿Qué pasa?
-Huele a pescado.
-Creo que el perseguir al gato te dejó medio mal.
-Puede ser.
Después de hacer pasar por loco al guarén Keno, Eric saltó la pandereta y en menos de un minuto pilló al gato; por lo tanto, el puerco comió papas fritas en la cena.
Cuando llegó el día martes, le tocaba al guarén Keno dar la prueba. Ya la tenía pensada; tendrían que pillar perdices.
-Esa es mi prueba Eric, voy primero.
-Sí, anda no más.
En frente de la pocilga de Eric, había un potrero gigante y Keno corrió a pillar una perdiz. Mientras tanto, Eric tomó su cascara celular y llamó a su amigo Moisés, el aguilucho…
Keno se tardó cuarenta minutos en pillar una perdiz y cuando le tocó el turno a Eric, solo se tardó dos minutos.
-¡No puede ser!... Perdí otra vez.
Así Eric comió papas fritas nuevamente, y tuvo a dos invitados; a Moisés, el aguilucho y a Javier, la perdiz. Estos dos habían engañado a Keno; como Eric los llamó, Javier se entregó en dos minutos.
El día miércoles llegó. Eric eligió la prueba de lanzar un disco. Él mismo los preparó; a Keno le dejó un disco de acero, mientras que para él tenía uno de aluminio. Por el poco peso del último, Eric ganó la competencia fácilmente.
-¡Noooooooooooooooooooo!...
-Keno, tienes que intentar ser mejor que yo, aunque, bueno… Eres peor que yo y no hay forma de cambiarlo.
Nuevamente, Eric comió papas fritas.
Con el jueves sobre los hombros, Keno quería buscar una forma de aplastar a Eric y decidió optar por la pesca de pejelagartos. Fueron hasta un estanque y como Eric sabía que Keno en esto si le podía ganar, habló con Nacho, el cocodrilo, para que cada vez que Keno metiera el anzuelo en el agua, Nacho le agarrara con su hocico la cuerda y no lo dejara enganchar ni un solo pejelagarto.
Tal cual como lo tenía planificado, Eric sacó el primer pejelagarto, ya que cuando Keno creía que había picado, era arrojado a las aguas por la fuerza descomunal de Nacho.
-Pucha Keno, te tocaron peses enormes.
-Al parecer.
Al caer la noche, Eric junto a Nacho, comieron papas fritas a un costado del estanque, disfrutando de la luna.
El viernes, Eric preparó otra prueba. Domarían a un puma. Tenían que montarlo y domarlo.
Para Keno, Eric pidió prestado un puma salvaje del zoológico de la esquina, mientras que para él, disfrazó al gato de la vecina.
Cuando Keno fue primero, el puma casi se lo devoró. Llegado el turno de Eric, el gato disfrazado se quedó tranquilo, otorgando una victoria más al puerco.
Al caer la noche, Eric se hizo amigo del gato de la vecina, descubriendo que el minino se llamaba Runrúnyuyuy, y para aumentar su amistad, comieron papas fritas.
Llegó el día sábado y Keno tenía una nueva oportunidad de intentar humillar a Eric. Keno, como era un maestro en arrancar de Ody, el perro mafioso de la población; la prueba consistía en entrar a la casa de Ody y arrebatarle uno de sus huesos, con los cuales jugaba cada tarde.
Keno se tardó siete horas en robar uno de los huesos, pero lo hizo. Llegado el turno de Eric, el pobre puerquito temblaba entero, ya que no sabía cómo ganar semejante reto.
Cuando llegó a la casa de Ody, se percató que el rabioso perro estaba sentado en la escala de la entrada, esperando a que alguien fuese a robar su hueso. Como Eric quería ganar fuese como fuese, fue donde el zorro tío Chino y le pidió un consejo. El viejo zorro astuto, le prestó un disfraz de zorrillo apestoso a Eric; por lo tanto, cuando el puerco fue por el hueso, Ody al verlo se escondió dentro de su caza, demorándose solo diez minutos en obtener el hueso.
-No, otra vez.
-Gané Keno, asique quiero mis papas con mostaza.
Y así, Eric junto al zorro tío Chino, comieron papas fritas con mostaza.
El domingo, era la última prueba. Eric preparó la prueba más sucia; tendrían que tener una lucha cuerpo a cuerpo con las perras monstruos, o sea la Paloma y la Chiquita; las únicas hembras que en la población respetaban, ya que cada idiota que las enfrentaba, terminaban en la clínica veterinaria central de la universidad católica de los ronroneos.
Cuando Keno fue a combatir con las dos perras, tuvieron que llamar a help, para que viniese la ambulancia a buscarlo. Los hámsteres paramédicos, lo subieron a la parte de atrás de la ambulancia y se lo llevaron en coma. Con esto, Eric quedó completamente traumado, pero no podía dar pie atrás; por lo tanto y a sabiendas que las perras tenían que tomar agua antes de la siguiente lucha, Eric les mescló unas tabletas para dormir en los pocillos. Por esto, Eric ganó el combate sin luchar.
Al caer la noche, Eric tuvo que ir a la clínica a buscar el dinero para comer papas fritas y al llegar a su casa, se llevó la sorpresa de su vida… ¡Todos sus amigos lo estaban esperando en la pocilga! Para celebrar que Eric era el mejor de todos los animales, Moisés, el aguilucho; Javier, la perdiz, Runrúnyuyuy, el gato de la vecina; Nacho, el cocodrilo y tío Chino, el viejo zorro, se juntaron con él para celebrar en grande, comiendo papas fritas.

Fin

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