Lunes por la mañana
Desperté
tirado sobre mi cama, con la ropa puesta y mojada. No podía entender ¿cómo? Si
siempre me preocupaba bastante de quitármela y de dejarla ordenada a los pies
para al otro día encontrarla y vestirme rápidamente. Además había una
interrogante más ¿porque tenía mi ropa mojada? Eso si era un gran misterio.
Ya,
dejé que todo eso quedara así no más; No me quise seguir calentando más la
cabeza y me levanté. Al momento de colocarme de pie sentí algo pesado en mi
bolsillo y de inmediato introduje mi mano, pero lo que allí estaba me dejó aun
más envuelto en preguntas. Se trataba de un puñal… Estaba envuelto en gasas y
estas estaban manchadas con sangre…
Algo
extraño estaba ocurriendo y de seguro ese algo me quería decir alguna cosa,
pero yo no podía entender nada.
Primero,
yo sobre la cama y vestido; Segundo, mi ropa mojada; Y tercero, este extraño
puñal envuelto en gasas y manchado con sangre ¿Qué clase de mensaje tétrico
debía entender?
De
un minuto a otro aquellas preguntas desaparecieron de mi mente y unas voces se
interpusieron y una rápida reproducción de imágenes se empezó a pasar como una
película en mi mente. Esas voces parecían gritos de terror y las imágenes me
mostraban a gente sufriendo en medio de un incendio voraz.
Todo
se detuvo… Y mi mente quedó en blanco… Ya no lograba escuchar nada. Era mi
mundo de paz y tranquilidad al cual siempre había estado acostumbrado.
¿Qué
me estaba ocurriendo? ¿Me estaría volviendo loco? No sabía con certeza la
verdad.
Me
senté sobre mi cama y cuando estaba cantando victoria un nuevo suceso comenzó a
pasar… Las puertas y ventanas se comenzaron a agitar como si una fuerte
tormenta ventosa estuviese corriendo, pero adentro de mi humilde morada. Estas
se azotaban al abrirse y cerrarse; Creo que si me estaba volviendo loco.
Llevé
mis manos a mi rostro y me lo comencé a apretar con fuerzas, pues esto que
estaba viviendo ahora era realmente extraño, pero para mi suerte todo cesó… Así
como repentinamente empezó, también se detuvo.
Me
puse de pie y un extraño impulso me hizo caminar fuera de mi habitación; Salí
al pasillo de mi casa y caminé en dirección de la bodega en la cual guardaba
todo lo que no ocupaba y mis herramientas. Abrí la puerta de esta y me interné
en su interior. Era algo muy extraño lo que en estos momentos me estaba
ocurriendo, ya que yo solo realizaba las acciones sin órdenes de mí, sino de un
algo que se encontraba dentro de mí, pero que yo no lo mandaba, al parecer
poseía mente propia y en estos momentos estaba bajo su control.
Tomé
una pala y salí de la bodega, caminé por mi pasillo y al momento de pasar por
frente del espejo que se encontraba justo al frente de la puerta del baño me
detuve… Me giré hacia este, pero al momento de ver mi imagen en el cristal di
un grito de terror… No era yo que estaba
allí; El reflejo me mostraba un cadáver… Mi imagen era la de un cadáver, por lo que se veía estaba completamente
quemado, pues se lograban ver con lujo y detalle las marcas hechas por las
llamas.
No
soporté más esto y con la pala le di un fuerte golpe al cristal rompiéndolo en
mil pedazos. Este realmente no era mi día.
Sudando
frío me di la vuelta y allí, justo al frente de mis ojos había una mujer;
Vestía un hermoso vestido blanco y con su bellísimo rostro me realizó una mueca
para que la siguiera. Sin poder evitarlo la comencé a seguir por el pasillo de
mi casa, pero mientras avanzaba más y más me daba cuenta de que ya dejaba de
ser el lugar que yo conocía, ya que se iba angostando mientras avanzábamos y
por las orillas se lograba ver pequeñas flamas que consumían la pared con su
débil apetito de destrucción.
Ella
seguía al frente, marcándome el camino que debía de seguir yo. Ni siquiera me
imaginaba hasta donde me llevaría caminando, pero al fin ya veía el final. Se
trataba de una inmensa puerta luminosa que este consiente que vivía ahora en mi
interior me obligaría a cruzar en contra de mi voluntad.
Cuando
pasé por aquel lumbral me cegué totalmente, pues en el otro lado de aquella
puerta existía algo más allá de lo imaginable, algo mucho, pero mucho más allá
de lo humanamente pensable; Un mundo que no estaba hecho para los vivos y si yo
estaba allí eso solo significaba una cosa, que era mi hora y yo no me había
percatado de eso.
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