Unos leves vientos de culpa azotaron mi
mente… Era como si todo aquello que siempre había logrado ver, oler o escuchar
solo hubiese sido un sueño de algo divino.
Aun recuerdo aquel oleaje romper en los
respiraderos formados por las rocas, realmente era como si aquella bestia
liquida tuviese una mente propia y pensara en que haría cada vez que el sol
surgía por las mañanas, como si hubiese querido proteger y ayudar a los
pescadores que se internaban en sus confines, como si de verdad supiese que
poseía el poder sobre todo lo terrenal, como si sintiese todo.
Muchos seres habitaron sus aguas, desde
pequeñísimos moluscos hasta enormes anfibios que surcaban todos sus límites con
sus energías, pero ahora… ¿Qué queda? Solo un hermoso recuerdo.
Siempre quise intentar hacer algo por su bien
estar, pero mi raza, o sea ¡mi propia raza! No tuvo compasión alguna y lo único
que izo fue dañar y contaminar sus infinitas aguas con sus desechos; Realmente
era como si no le importara que ocurriese con el planeta más adelante.
Vieron como las diferentes especies sufrían y
con mucha suerte solo los defensores de la vida natural estuvieron allí con
estas y solo por que sentían realmente el sufrir de estos seres que no logran
comunicarse con nosotros a través de palabras, pero si tienen emociones y
sentimientos únicos…
Vi el mar enrojecer, sentí su llorar y el de
todas las criaturas que lo habitaban. Mis ojos estaban empañados y todo mi
cuerpo temblaba con la impotencia de no poder hacer nada, pues ahora solo me
quedaba ver como poco a poco su llama se extinguía, sin dar pie atrás, como un
fuego fatuo en el asta de un mástil.
Cerré mis parpados, ya mis pupilas no
lograban soportar tal nivel de crueldad, cubrí mis oídos con mis manos, pues
creía escuchar el llanto de miles de vidas dejar este mundo; Sentía morir en
vida, yo fui un guardián, pero no sirvió de nada, ya que aquellos demonios que
compartían este mundo junto a mi eran muchos más y nuestra batalla estaba en
una gran desventaja, la lucha desde un principio estuvo en sus manos y lograron
conseguir lo que buscaban con su ignorancia, y esto era dar un punto final a
todo… Todo por ellos… Aquel capitulo que no debía acabar aun por orden de dios
terminó y solo nos quedaba aceptar lo que buscamos por descuido e
irresponsabilidad…
…
El tiempo se detuvo. Todo aquel dolor y
desesperación fue borrado de mi interior, no lo lograba comprender; Una brisa
cálida y refrescante acarició suavemente mi piel, era como aquella que
desprendían las olas al romper la superficie. Quise creer que todo lo que había
visto antes de segarme era una ilusión, pero tenía bien presente que no era
así, ya que la vida no podía ser tan injusta como para haberme hecho ver un
vistazo futurista, asique quité aquel pensamiento.
Una vez más, sí, definitivamente era
nuevamente aquella brisa cálida en mi piel. Ya no sabía que pensar o creer.
Bajé mis manos descubriendo mis oídos y… Ahora
lograba oír el ir y venir de las aguas con bastante vida. Por un momento llegué
a pensar que a lo mejor estaba loco por esto y ahora intenté abrir mis ojos
para ver si todo había sido una ilusión o no, pero temía de lo que pudiese
divisar y los mantuve aun cerrados.
Pero ¿si todo aquello era verdad? Era la
interrogante que más me preocupaba, pues estaba más que seguro de que no
lograría soportarlo y de seguro que caería en depresión. Sentía que debía
abrirlos o no saldría de dudas…
Di un largo y profundo suspiro… Mis parpados
se separaron y creí que alucinaba… Pues todo aquello que había logrado divisar
era solo una pesadilla. Nuevamente estaba en mi adorado mundo…
El mar era tan azul como siempre y todos los
ruidos naturales aun estaban allí, realmente estaba en casa; Pero ahora debía
evitar a como diera lugar aquello que mis ojos habían visto con lujo y detalle,
en aquel pestañazo doloroso.
A elevar anclas, a marchar y luchar por algo
mejor. Fijar el rumbo y con vientos en popa a navegar, que ahora quedaba evitar
todo aquello que nos esperaba si todo seguía tal cual, pero yo y solamente yo
lucharía aunque este sin compañía, pues no estaba dispuesto a permitir que
llegase aquel futuro de aguas ensangrentadas y llantos en el aire.
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