El borrador fue echo en 3 laminas de cartón, escrito en braille, el cual tome este año (2013) y lo transforme, alargándolo un poco mas.
Corazón
Son
las ocho de la mañana, y voy caminando hacia mi trabajo, pero de pronto
apareció ella, como una flor radiante. Yo no supe que hacer, y me quedé
petrificado con su belleza. Cuando pasó casi rosando mi hombro con sus
cabellos, logré sentir su dulce aroma, y además, una fuerte conexión con su
persona. Me giré rápidamente y le pregunté su nombre. Al escuchar mi pregunta,
se detuvo y exhibiendo una resplandeciente sonrisa, me respondió:
-Mi
nombre es Allison. Seguido de esto me regresó la pregunta: -¿Y tú, cómo te
llamas?
La
seductora voz de ella me hizo temblar, como si un viendo gélido golpeara mi
espalda, y con mucha torpeza respondí:
-A…
A, Alejandro, mi nombre es Alejandro.
Quitó
su calidez de mis ojos, y con mucha suavidad y ternura, aferró mis manos, para
luego pasar a decir:
-Tienes
un muy lindo nombre, Alejandro.
Ya
no aguantaba más, algo quemaba mi pecho, y sentía un millón de mariposas
revoloteando descontroladas en mi estomago. Lo peor de todo, era que mi
respiración se acortaba.
Ella
se acercó susurrando:
-Tranquilo…
Y
tras esto, le dije:
-Estoy
tranquilo.
Dejando
mi piel ardiendo, me soltó y dio un paso atrás, sonrió y me dijo finalmente:
-Nos
veremos en otra oportunidad, adiós.
Con
la despedida de ella, no pude ir a mi trabajo, y solo logré encaminar mis pasos
raudos devuelta a mi hogar.
Una
vez en la comodidad de mi cuarto, dediqué mi tiempo a pensar en el encuentro
con esta mujer, sin lograr recordar por un solo instante de donde la conocía, o
al menos, en donde la había visto, aunque fuese por un segundo. Tanto pensar y
pensar, que mi mente colapsó, y en estado crítico, me derrumbé sobre la
alfombra, completamente rendido…
Calló
el crepúsculo, y no lograba comprender aun que me había pasado hoy, aun tenía
su imagen grabada en mi mente. Su baja estatura, su cabello azabache, que
reposaba por delante entre un par de grandes y redondos pechos, y que
aprovechaba de enmarcar un rostro de muy linda apariencia, con ojos grandes y
labios delgados; y terminando siempre, con su blanca y suave piel como seda.
Toda su figura me tenía cautivado ¿sería amor a primera vista? Y si no lo era,
no me importaba saberlo; solo tenía algo claro, y eso era que no lograba
reaccionar con sensatez, descolocándome por completo con su presencia.
Sin
querer seguir pensando en mil y una cosas, saqué una caja de pastillas para
dormir de mi velador, y con un trago de agua, me tomé dos, precipitándome de
golpe al mundo de los sueños.
Cerca
de las ocho de la mañana, salí corriendo de mi casa, para así intentar cruzarme
nuevamente con aquella figura angelical, y para mi desgracia, no la encontré,
por ningún lado. Como sabía que se trataba de un suceso bastante extraño,
decidí que esto debía contárselo a mi amigo Alan; por lo tanto, después de
terminar mi turno en la empresa, tomé un taxi y me bajé a dos cuadras de su
casa. Caminé hasta encontrar la numeración, pero antes de siquiera pensar en
tocar el timbre, él abrió… Me saludó con tono afligido y me invitó a pasar. Al
estar dentro me senté junto a él, y me dijo:
-Antes
de que tú supieras, ya tenía claro que vendrías a esta hora.
Esto
me dejó completamente perplejo, no lo podía creer, y antes de lograr decir
cualquier cosa, él continuó preguntando:
-¿Estuviste
con Allison?
Supe
que esta pregunta no era normal, y al instante de clavar mis ojos en sus
pupilas, estas se nublaron, y me pasó a decir:
-Ella
murió hace tres días, pero antes de morir en sus labios afloró tu nombre.
Sin
seguir escuchando nada más, salí corriendo a la calle, y mientras corría por la
acera, recordé su figura, concluyendo finalmente que la mujer que vi ayer, ya
la conocía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario