viernes, 25 de enero de 2013

Corazón

Aquí les dejo un texto que escribí como prueba el año 2007.
El borrador fue echo en 3 laminas de cartón, escrito en braille, el cual tome este año (2013) y lo transforme, alargándolo un poco mas.


Corazón

Son las ocho de la mañana, y voy caminando hacia mi trabajo, pero de pronto apareció ella, como una flor radiante. Yo no supe que hacer, y me quedé petrificado con su belleza. Cuando pasó casi rosando mi hombro con sus cabellos, logré sentir su dulce aroma, y además, una fuerte conexión con su persona. Me giré rápidamente y le pregunté su nombre. Al escuchar mi pregunta, se detuvo y exhibiendo una resplandeciente sonrisa, me respondió:
-Mi nombre es Allison. Seguido de esto me regresó la pregunta: -¿Y tú, cómo te llamas?
La seductora voz de ella me hizo temblar, como si un viendo gélido golpeara mi espalda, y con mucha torpeza respondí:
-A… A, Alejandro, mi nombre es Alejandro.
Quitó su calidez de mis ojos, y con mucha suavidad y ternura, aferró mis manos, para luego pasar a decir:
-Tienes un muy lindo nombre, Alejandro.
Ya no aguantaba más, algo quemaba mi pecho, y sentía un millón de mariposas revoloteando descontroladas en mi estomago. Lo peor de todo, era que mi respiración se acortaba.
Ella se acercó susurrando:
-Tranquilo…
Y tras esto, le dije:
-Estoy tranquilo.
Dejando mi piel ardiendo, me soltó y dio un paso atrás, sonrió y me dijo finalmente:
-Nos veremos en otra oportunidad, adiós.
Con la despedida de ella, no pude ir a mi trabajo, y solo logré encaminar mis pasos raudos devuelta a mi hogar.
Una vez en la comodidad de mi cuarto, dediqué mi tiempo a pensar en el encuentro con esta mujer, sin lograr recordar por un solo instante de donde la conocía, o al menos, en donde la había visto, aunque fuese por un segundo. Tanto pensar y pensar, que mi mente colapsó, y en estado crítico, me derrumbé sobre la alfombra, completamente rendido…
Calló el crepúsculo, y no lograba comprender aun que me había pasado hoy, aun tenía su imagen grabada en mi mente. Su baja estatura, su cabello azabache, que reposaba por delante entre un par de grandes y redondos pechos, y que aprovechaba de enmarcar un rostro de muy linda apariencia, con ojos grandes y labios delgados; y terminando siempre, con su blanca y suave piel como seda. Toda su figura me tenía cautivado ¿sería amor a primera vista? Y si no lo era, no me importaba saberlo; solo tenía algo claro, y eso era que no lograba reaccionar con sensatez, descolocándome por completo con su presencia.
Sin querer seguir pensando en mil y una cosas, saqué una caja de pastillas para dormir de mi velador, y con un trago de agua, me tomé dos, precipitándome de golpe al mundo de los sueños.
Cerca de las ocho de la mañana, salí corriendo de mi casa, para así intentar cruzarme nuevamente con aquella figura angelical, y para mi desgracia, no la encontré, por ningún lado. Como sabía que se trataba de un suceso bastante extraño, decidí que esto debía contárselo a mi amigo Alan; por lo tanto, después de terminar mi turno en la empresa, tomé un taxi y me bajé a dos cuadras de su casa. Caminé hasta encontrar la numeración, pero antes de siquiera pensar en tocar el timbre, él abrió… Me saludó con tono afligido y me invitó a pasar. Al estar dentro me senté junto a él, y me dijo:
-Antes de que tú supieras, ya tenía claro que vendrías a esta hora.
Esto me dejó completamente perplejo, no lo podía creer, y antes de lograr decir cualquier cosa, él continuó preguntando:
-¿Estuviste con Allison?
Supe que esta pregunta no era normal, y al instante de clavar mis ojos en sus pupilas, estas se nublaron, y me pasó a decir:
-Ella murió hace tres días, pero antes de morir en sus labios afloró tu nombre.
Sin seguir escuchando nada más, salí corriendo a la calle, y mientras corría por la acera, recordé su figura, concluyendo finalmente que la mujer que vi ayer, ya la conocía.

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